HORTENSIAS
Están tristes
las hortensias esta tarde.
las hortensias esta tarde.
Hace tiempo que las riego
con silencios
de tierra calcinada.
con silencios
de tierra calcinada.
En sus parterres derruidos
sembré semillas del olvido.
sembré semillas del olvido.
Ahora sus bellos pétalos
yacen descoloridos
en mis manos.
yacen descoloridos
en mis manos.
Y exhalan
existenciales dudas
en su aroma decadente.
existenciales dudas
en su aroma decadente.
Están calladas.
Mi tenue voz no alcanza
a despertarlas.
Mi tenue voz no alcanza
a despertarlas.
Quizá de ausencia azul se mueran…
Quizá de soledades rosas…
en su rincón
umbrío del jardín.
en su rincón
umbrío del jardín.
Tras ellas,
respira a duras penas
un rayo de sol abandonado.
respira a duras penas
un rayo de sol abandonado.
Y en sus sombras
desgastadas
sobrevive algún recuerdo.
desgastadas
sobrevive algún recuerdo.
La desazón tiembla en sus hojas.
Azul suspiro…
El desaliento dibujado en una flor.
El desaliento dibujado en una flor.
(Tal vez aguarden
en el borde de la noche...
a que una mano generosa
las haga de nuevo revivir.)
en el borde de la noche...
a que una mano generosa
las haga de nuevo revivir.)
(Dedicado con todo mi cariño a una excelente poeta, gran compañera y amiga de Poémame, Hortensia Márquez, que deja siempre abierta una ventana para que entre un resquicio de luz...)
Texto y foto:
María Prieto
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