domingo, 24 de febrero de 2019

"UN PATIO ANDALUZ"

    UN PATIO ANDALUZ
(Tarde de mayo en Santa Cruz)

El sol
abraza la tarde.
Luz y sombras.

Tiembla el agua
en el murmullo
de la fuente.
Hay silencios
amarillos
en las rosas...

Un perfume
de jazmines.
Azahar
en el naranjo.
Hojas verdes
entre flores.
Colores
en los geranios.

Amortiguado,
un rasgueo
de guitarra.
Un cante
por lo bajito.

En la jaula,
los trinos
de los canarios.
Oscila la mecedora.
Quiebra el aire
un abanico.

Tenue brisa.
Risa leve.
Hermosura
de la tarde
que declina.

El patio
respira calma.

Un pozo blanco de cal.
Una isla de frescura…

¡El cielo dentro de casa!


Foto: María Prieto (Un patio del barrio de Santa Cruz. Sevilla)
Febrero 2019


jueves, 21 de febrero de 2019

"TU INMENSIDAD"



   
TU INMENSIDAD


Beso azul recibes de los cielos

y del sol el aliento de la vida.

Te adivino en la distancia

y no encuentro

la manera de vivirte,

ni hallo las palabras que te nombren.



Hundo mis pies entre la húmeda hierba

asomada a tus abismos,

a tus verdes laderas escarpadas

y te contemplo

en la soledad eterna de la tarde.



Suave y transparente

es la armonía del viento que te abraza.

Cálida y muda,

la caricia del silencio en tus árboles desnudos.



Puedo escuchar tu arrullo cristalino

no muy lejos,

tus voces sin palabras…

El telúrico latir de tus entrañas

en la soledad oscura de tus grutas

cuajadas de secretos y misterios.



Deja que me acerque,

amor,

mírame sin miedo.

Si entras despacio en mis ojos…

verás tu reflejo.

Tu hermoso,

callado

e inmenso reflejo…



María Prieto Sánchez

Febrero 2019
Foto: Peña de Arias Montano. Huelva

martes, 19 de febrero de 2019

"FINAL DE INVIERNO..." (Dos hokku)


Flor del almendro
de rosa nacarado.
Suspiro bello.

Soñando soles
entre blancos y rosas.
Final de invierno. 

María Prieto
Febrero 2019 

lunes, 18 de febrero de 2019

"ESAS VIEJAS PUERTAS..."

Casa de Valdelarco. Huelva
 ESAS VIEJAS PUERTAS…

Esas viejas puertas que siempre me atrajeron, vetustas puertas que acumulan la magia y los secretos de tantos y tantos años…Siluetas desvencijadas y decrépitas exhalando siempre un silencio solemne, grave y decadente en la fachada desnuda de alguna calle empedrada de algún pueblo cualquiera, de una calle verdosa y solitaria. Resistiendo el paso inclemente de los tiempos, de los días, de las noches, de veranos y de inviernos… con su madera raída por las lluvias y maltratada por vientos que hacen vibrar lúgubremente un postigo al que ya no asoma nadie...Humedades, claroscuros de madera apolillada. Con la verdina invadiendo sus entrañas, enturbiando la blancura de la cal donde se enmarca, con su tinte persistente, desluciendo  su pureza inmaculada.

¡Cuántos pasos hoyaron el umbral a lo largo de la vida de la casa! Esa curva del umbral tan sinuosa y desgastada con la pesada carga del tiempo. Pasos lentos, pasos ágiles, vacilantes pasos infantiles…el cansino caminar que arrastra un cuerpo devastado… 

En su cerradura, corroída por la herrumbre del tiempo, ya no suena el chasquido metálico de la llave; aquella llave hermosa, aquella llave grande de las que ya no existen y quedaron atrás en el recuerdo.
¡Cuántos sueños asomados al postigo de la calle! Ilusiones y proyectos albergados bajo su techo y que ahora oprimen sus estancias huecas  como cáscaras  vacías.

Siento la tentación de llamar muy quedamente y escuchar cómo retumba la callada soledad del interior…Y el eco…me trae silencios, atávicas voces que aguardan no sé qué. Voces roncas, voces agrias, dulces voces de nanas y canciones, voces limpias, infantiles; entre gritos de silencios y de risas, de sonoras y alegres carcajadas. Puedo oír los suspiros y los llantos, las palabras de amor que se entregaron y quedaron grabadas en la almohada. El crepitar de la lumbre (ya extinguida), el sonido entrecortado de una radio; el lamento y el quejido del viento en la enorme campana de la chimenea en las noches oscuras y ateridas del invierno.  

Y a través de sus rendijas me llegan por el aire sus fragancias; a humo de la candela, los aromas del café de la mañana… Los olores a maceta recién regada, a la frescura del barro de los cántaros, a pan caliente; al fresco aroma veraniego del jazmín que tapizaba el arco del hermoso pozo y, desde el patio, soplaba su perfume hacia la casa. Olores a puchero cociendo entre las brasas. Aroma a mandarinas y a naranjas amargas y aquel olor intenso a manzana que exhalaba la ropa blanca guardada en los cajones de la cómoda. 

Espacios que conservan sombras, rastros, silencios, sueños… hoy recubiertos con la pátina grisácea del polvo y del olvido. Testigos mudos del ocaso de nuestros viejos pueblos, algunos ya sin alma, sin destino, sin futuro…


Casa de Las Hurdes. Cáceres

Texto y fotos: María Prieto Sánchez
Febrero 2019

domingo, 17 de febrero de 2019

"MÚSICA CLÁSICA"

"Jóvenes tocando el piano" Renoir

MÚSICA CLÁSICA

Poesía en el aire

dibujada

sin palabras,

que rompe

tu barrera

de silencios

y se expande

por el alma.


Si en tu interior no hay belleza...

nunca sabrás apreciarla.


María Prieto
Febrero 2019

martes, 12 de febrero de 2019

"DE SILENCIOS..."


DE SILENCIOS…

Dime, Platero…

¿Acaso hay algo más bello

que el silencio

puro,

diáfano,

profundo…

de la rosa que se abre

l
 e
  n
    t
     a
       m
          e
            n
               t
                 e
  
                      en el rosal…?

(Dedicado a Juan Ramón Jiménez y a su bellísima obra “Platero y yo”)
María Prieto
Febrero 2019