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| Las olas, de Alex Dzigurski. |
DESPEDIDA
Llora el mar roto
su triste despedida.
Solos mis versos.
María Prieto
Junio 2020
En Poémame
lunes, 29 de junio de 2020
"DESPEDIDA" (senryu)
DESPEDIDA
Llora el mar roto
su triste despedida.
Solos mis versos.
María Prieto
Junio 2020
En Poémame
martes, 23 de junio de 2020
"TARDE DE VERANO"
TARDE DE VERANO
Este
momento mío
de estar sola en la tarde
con los rayos de sol
traspasando la penumbra,
irisando en oscuros
los narcisos marchitos
del recuerdo.
de estar sola en la tarde
con los rayos de sol
traspasando la penumbra,
irisando en oscuros
los narcisos marchitos
del recuerdo.
Esta
derrotada espera
de estar sola en la tarde
con los brazos caídos
y las manos
embadurnadas de silencios.
de estar sola en la tarde
con los brazos caídos
y las manos
embadurnadas de silencios.
Estar sola
en la tarde…
con los cantos de pájaros
lejanos y sedientos,
que anuncian días tórridos
de cielo descolgado
sobre las copas puntiagudas
de los cipreses solitarios.
con los cantos de pájaros
lejanos y sedientos,
que anuncian días tórridos
de cielo descolgado
sobre las copas puntiagudas
de los cipreses solitarios.
Es verano.
Y se alargan las sombras
sobre las flores secas del jarrón.
Y se alargan las sombras
sobre las flores secas del jarrón.
Estar sola en
la tarde…
Junio 2020
Texto y foto:
María Prieto
lunes, 22 de junio de 2020
"SE OYE MURMURAR AL MAR"
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| Las olas, de Alex Dzigurski. |
SE OYE MURMURAR AL MAR
Se oye
murmurar al mar sobre las rocas.
En un
murmullo líquido y latente
gime sobre la arena
derramado en espumas
de la playa vacía.
Gime sobre la sombra añil
de los acantilados
que se alzan imponentes.
gime sobre la arena
derramado en espumas
de la playa vacía.
Gime sobre la sombra añil
de los acantilados
que se alzan imponentes.
Sobre
los farallones derruidos,
por delante de mis pasos indecisos
y perdidos,
lo oigo murmurar.
por delante de mis pasos indecisos
y perdidos,
lo oigo murmurar.
Me
susurra…
y deja en mis oídos un quejido
perpetuo.
Su murmullo atraviesa, cristalino,
mis huellas clavadas en la arena
y las hace desaparecer
con un vaivén
que me arrastra hacia su abismo
de sirenas,
de algas
y silencios submarinos.
y deja en mis oídos un quejido
perpetuo.
Su murmullo atraviesa, cristalino,
mis huellas clavadas en la arena
y las hace desaparecer
con un vaivén
que me arrastra hacia su abismo
de sirenas,
de algas
y silencios submarinos.
Se oye
murmurar al mar
y es un grito de gaviotas
estridente
que se clava
en mi aturdido corazón.
Como un eco atávico que resurge
del tiempo,
un lamento oscuro que me inunda
y se extiende sobre mí
cuando en su borde, se acerca
la hora del ocaso.
y es un grito de gaviotas
estridente
que se clava
en mi aturdido corazón.
Como un eco atávico que resurge
del tiempo,
un lamento oscuro que me inunda
y se extiende sobre mí
cuando en su borde, se acerca
la hora del ocaso.
El mar,
el mar…
inmensa intranquilidad
que me atrae, que me absorbe
y me conturba
con su clamor metálico
y constante.
inmensa intranquilidad
que me atrae, que me absorbe
y me conturba
con su clamor metálico
y constante.
El mar,
el mar…
honda inmensidad,
eco de voces acuáticas
y turbias
sobre la arena vacía
que me llena de zozobra…
…y de una profunda
y ondulante soledad.
honda inmensidad,
eco de voces acuáticas
y turbias
sobre la arena vacía
que me llena de zozobra…
…y de una profunda
y ondulante soledad.
María
Prieto
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