"Camino con ciprés bajo cielo estrellado". Vincent Van Gogh |
REGRESO A LA TIERRA
(Ausencias de vida)
Tarde
de diciembre
radiante
y luminosa.
Tarde
clara,
anómala,
distante
y ajena
al
sentimiento.
Sol
externo.
Lluvia
por dentro.
Tarde
lorquiana.
(“Duele
la carne del corazón
y
la carne del alma.”)
¡Qué
tarde rara
no
elegida
para
volver!
¡Qué
tarde gris
que
vuelve el ánimo
del
revés!
Camino
de regreso
en
lenta caravana.
Frío
marmóreo.
Secas
lágrimas.
-
¡Esas colinas doradas…! -
La
ausente comitiva avanza.
Un
águila vigila
a
orillas del camino.
Hinojos
y retamas
marcan
el sendero,
perfuman
las miradas.
(Vacías,
tristes,
perdidas…
dolorosamente
amargas.)
En
la lejanía,
fúnebre
e invisible aún,
dobla
lenta una campana.
-
El sol calienta tenuemente. -
Acogida…
silenciosa,
cálida,
hierática,
amarga,
seria,
envolvente,
larga,
fugaz,
dolorida,
ausente…
- Quedamente sopla el viento. -
Despedida…
Habla
el corazón.
Mudas
las palabras.
Brillante
la mirada.
Helada
el alma.
(Si
hay alma…)
-
Tras los cipreses
cae
la tarde suavemente. -
¡Esa
TIERRA!
Acogedora
tierra.
Dura
y recia.
Madre
prima.
Íntimo
seno.
Hogar
primigenio
y
verdadero.
Ancestral.
Protectora.
Madre
eterna…
…………………………………
…………………………………
-
Anochece hacia el poniente. -
Recóndita
y misteriosa
asoma
la luna nueva
y
en los cristales del agua
levemente
se refleja.
Brillante
y cercano venus
promesas
de vida
trae…
Nuevo
día,
caliente
primavera.
(En
la memoria…
ausencias
de vida
quedan…)
María
Prieto Sánchez.
Enero
2012.
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