domingo, 18 de agosto de 2019

"UMBRAL"

Foto: Lola González. Aracena.


UMBRAL

Esta tarde,
regresé de nuevo,
como tantas veces ya.

Volví al hogar...
Al viejo umbral
de pizarra desgastada
por los soles infinitos
del estío
y las lluvias torrenciales
del invierno.

Aquel umbral
desfigurado,
hollado por los pasos
y el trasiego;
que, con bordes
ya raídos,
me abría la puerta
al paraíso.

Mi asiento predilecto
de soñar,
en largas tardes
bochornosas de verano,
con la calle enmudecida
y el silencio
escondido en mi mirada.

A mis anchas.

Niña entonces.

Sola y perdida...
entre monólogos de piedra
y fantasías de cartón.

Aquel teatro,
donde yo,
era siempre el público,
el personaje
y el autor.

Allí sentada...con la sombra.
En mi refugio inexpugnable.

Y enfrente...
La otra acera soleada
y transparente
de mi infancia.

Al abrigo de dragones
y de brujas.
De feos hombres del saco
de añejos cuentos
que mi padre me contaba.

Sola.

Inventando...
mil historias de piratas,
de paraguas voladores,
de manzanas encantadas...

El aire,
me aplaudía agradecido
estremeciendo los postigos
de mi casa.

Mi vieja casa.
Mi casa humilde.
Un hogar que ya no existe.

De aquel umbral,
que fue mi asiento favorito,
solo quedan las historias,
los recuerdos...las palabras.

La brisa fresca
de las noches de verano.

Y una nostalgia que rezuma...
ausencias,
lejanías
y distancias.

Quedó atrás,
aquella niña soñadora.

Ya no hay aire que me aplauda.

Pero aún conservo,
en el umbral de mi memoria,
viejos sueños.

Y en mis manos extendidas,
brotan versos...
todavía...


María Prieto
Agosto 2019


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