SOY UN POEMA MUDO, INACABADO
Hoy solo
quiero cobijarme, guarecerme,
entre
los musgos y los líquenes azules
de un
bosque susurrante de vocablos.
Un
bosque de palabras
que
cuenten de los hombres,
de las
aves, de la música, del aire,
de los
árboles, del llanto o la miseria,
del
olvido o la memoria…
Y allí,
entre
los versos que cantan el silencio,
busco mi
voz
antes que
se diluya
en los borrones
mojados
de su savia
de papel.
Pero mi
voz huyó.
Se fue.
Y un
hermetismo blanco me corroe
y me
deshace el pensamiento.
Me
destruye la trinchera, mi solitaria torre de quimeras.
Hace un tiempo
ya que la perdí,
que no
recuerdo su resonancia clara,
su
timbre auténtico y humano. No sé ni dónde la perdí…
(Quizá
se fue hacia dentro,
replegada.
Y,
vulnerable,
quizá perdió
su eco).
Hace ya
tiempo
que no
se oye entre el runrún del viento,
extraviada
en un murmullo de rumores inaudibles
que estremecen
un vacío…
amortiguado
y blando.
Ese
vacío que me rodea desde entonces.
Y no me
queda nada que decir.
Y aquí
estoy,
sola,
en medio
de mi mudez.
En la
más absoluta oscuridad callada
de este
bosque silente de letras sin palabras.
Mis
versos sordos ya no declaman,
no
expresan nada. Encierran,
el grito
amordazado por el tiempo
y la
desesperanza
de
encontrarla.
Y sangran
de silencio,
sin
sosiego.
……………………………..
Sin voz…
Soy un
poema mudo,
inacabado.
……………………………..
Texto y
fotos:
María
Prieto
Noviembre
2019
Fotos: Sierra de Aracena, Huelva.
Fotos: Sierra de Aracena, Huelva.
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