CON LA VERJA ENTREABIERTA
Habito y
existo
entre los versos y los días
con la verja entreabierta,
entornado el postigo.
Habito y
practico
la magia del olvido
para no caerme viva…
para no saberme muerta.
Habito,
solo habito
y para no dejarme vencer
respiro…y resisto
en los terrenos hostiles
o propicios de los años.
Escribo y
navego,
navego y naufrago,
naufrago y escribo…
Apretando los dientes
(aferrada a mis restos…)
sobrevivo.
…Y a ratos
lloro, lloro despacio
un llanto de arena y de cemento.
Un llanto hondo metido en un pozo,
que no hace ruido.
…Y río, a
ratos me río,
con una risa limpia de aire libre,
con carcajadas sonoras que parten
el silencio
y rompo los cristales
del tedio y del hastío
que torpedean los sentimientos.
Y añoro y
ansío
el soplo de viento, ya lejano,
humedeciéndome la piel
con aquel, mi universo,
derramándome la luz de sus estrellas
y sus lunas vespertinas.
Y sigo,
sigo aquí, a pesar de todo,
devanando los hilos,
recorriendo las venas de un poema
y pariendo con dolor
algunos versos;
con paz, sin paz…pero conmigo.
Y habito…
habito y resisto
con la verja entreabierta,
escarbando soles y quimeras
en la misma raíz profunda del agua
y de la tierra.
Texto y foto:
María Prieto
Octubre 2020
Leer en Poémame
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