Mi foto: Garganta Alardos. Madrigal de la Vera. Cáceres. |
Y FUE CRECIENDO LA TARDE
Y fue creciendo la tarde…
hasta inundar el valle
de sombras temblorosas.
Agazapada en la mirada,
un agua turbia de tristeza.
Sentada entre las piedras,
con un halo remoto
regalo de otoño.
El corazón, un cuerpo
de granada que se abre
con rumores de corriente.
Verde sobre el puente.
Verde en el fondo del agua
y tú…con los ojos de niebla,
ignorando el río transparente
y dejándote llevar bajo las copas
de los alisos y los fresnos.
Más adentro del reflejo
tan solo la espesura.
¡Estar tan sola…
con tanta niebla dentro!
Se tiñe el agua de piedras y de noche.
(Hay soledades que el río arrastra)
En el espejo verde, el agua
poco a poco se estremece
y oscurece, con rubores ocultos.
Y se te fue derrumbando, lentamente,
el puente de esperanza entre las manos,
vacías de vientos y de chopos solitarios.
–El agua, anegaba tus orillas.
…Y fue creciendo la tarde–
Pájaros negros de octubre
que se marchan. Hojas que danzan
sobre el agua. Una brizna de cielo
entre las nubes difusas.
(En el silencio)…fue creciendo la tarde.
–El río verde de tus ojos te arrastraba–
Como una nueva Safo, llegaste,
sola, hasta la mar eterna.
Tinta de sal y de olas, fue tu sangre.
Y te dormiste para siempre
en un lecho de versos y de arena
bajo los derrumbados rompeolas.
(A la memoria de aquellas poetas o poetisas, que en momentos críticos, pusieron fin a su vida:
Alfonsina Storni, Anne Sexton, Alejandra Pizarnik, Sylvia Plath, Virginia Woolf, Karoline von Günderrode, Antonieta Rivas Mercado, Violeta Parra….entre otras.)
María Prieto
Noviembre 2020
Leer en Poémame
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Si te gustó, añade un comentario, por favor.